Cuando una relación de pareja termina, por el motivo que sea, pueden aparecer una explosión de emociones y sentimientos, todo esto que se mueve es como un vacío interior, mezclado con juicio, culpa, frustración, rechazo y mil formas de miedo escondido que sale a La Luz para ser sanado.
En la medida que te entregues a sentir con apertura y aceptación todo esto que se está moviendo, abrazando todo el dolor, mayor será la capacidad de sentirte en paz y agradecido con todo lo ocurrido, y transformar tu visión en que sólo es un aprendizaje pendiente que tenías que sanar, cuando comprendes esto, el sufrimiento se desvanece.
El sentimiento de vacío y perdida que se puede producir en estos casos, es un reflejo del dolor inconsciente que subyace en nosotros al creernos separados del Ser, del Amor que somos, al reconocer esto, empiezas a ver toda la situación como una oportunidad para volver a casa, volver al Amor, al Ser.
Esta invitación a centrarte en lo que realmente eres, te lleva a observar todo el especialísimo que había en esa relación, el ver a esa persona especial porque tenía cualidades que te complementaban, te sentías amado/a, pensabas que el amor venía de el/ella, cuando en realidad el Amor es lo que ya somos, sólo que en una relación de pareja es cuando más fácilmente se nos olvida.
También desde esta nueva toma de conciencia puedes observar que el hecho de ser especial para el/ella te producía una identidad, y ahora te das cuenta de que esta identidad que estabas forjando estaba basada en el especialísmo, el miedo a la perdida, la culpa, rechazo, estaba representando el ego.
Cuando tomamos conciencia de todo esto y decidimos volver al Amor, a recordar lo que realmente somos, la comprensión va aflorando y ya no necesitas ser especial, vas soltando la identidad que has forjado desde el ego, y entras en una nueva comprensión del Amor, más allá de lo que haya ocurrido, pues simplemente es una historia, un escenario para poder ver todo lo que se esconde detrás del telón, y te sientes libre de poder ver esta obra de teatro totalmente inocente, como una oportunidad de volver al Amor, y una nueva oportunidad de elegir al escritor de esta obra de teatro, para que la representación sea dirigida por el amor y no por el ego.
Cuando haces este cambio de mirada, está transformación interior, toda la percepción se coloca en el lugar que le corresponde, dejas de otorgarle realidad y te reencuentras con la Verdad de lo que eres, agradeciendo esta experiencia que solo te conducía en este mundo ilusorio a descubrir el verdadero Amor que yace en ti.
Laura Cárcel.