Cuando estamos en mitad de la tormenta, estamos conectados al miedo, al juicio, al dolor, y es fácil que busquemos la supervivencia en una pequeña balsa que nos procure un poco de calma, pero en realidad, las olas te llevan, y cuanto mas luches contra ellas, y mas nadas contra la corriente mayor es el esfuerzo y el agotamiento, y mas nos adentramos en el mar, viendo cada vez mas oscuro el día, y permanecemos en la una larga noche que nunca cesa….
Pero llega un momento, en que decides abandonar la lucha, y en ese momento, surje la decisión de abrirte a sentir y abrazar todo lo que subyace, te vas abriendo cada vez mas, ya no le das la espalda al dolor, sino que lo ves como algo que está presente, pero no hay juicio, no hay interpretación, ya no buscas causas fuera, toda tu atención está dentro, liberas al mar, y en ese espacio nace la verdadera liberación.
Te das cuenta que no hay nada que yo pueda hacer por mi cuenta, nace un atisbo de confianza y dices, de nada sirve luchar, me dejo llevar, confío, no hay nada que yo pueda hacer contra el mar, y en ese abrirse al miedo, pero desde una profunda confianza, sabiendo que eres una gota en el océano, y solo uniéndote a él puedes trascenderlo, solo abriéndote a sentir el miedo, de forma natural, todo se recoloca.
Y tan pronto como empiezas a sentir este cambio de percepción, de nuevo sale el sol, y quizás hay un cambio en tu escenario, estas en otro lugar, con otras personas, pero hay goce, hay paz, tus nuevas decisiones nacen desde la claridad y la paz, ya no te aferras a nada, ya no hay nada que conseguir, ya no hay lucha, ni apego a nada, solo una profunda paz que brota y se refleja en cada acto que vives.
Quizás has vivido muchas veces esto en tu vida, y cuando aparece la tormenta en la relación de pareja, pero hay una profunda entrega al compromiso, podeis sobrevivir a todas las tormentas, porque internamente hay una clara decisión de compartir con esa persona, de recorrer juntos el camino, y que pase lo que pase, vamos juntos, y tu atención siempre está primero internamente y después en este acompañante de camino que has escogido para seguir creciendo.
Sin compromiso no hay un verdadero crecimiento en la relación de pareja, solo hay un compartir porque me interesan ciertas cosas de ti, y cuando algo ya no me gusta me voy con otra/o, hay muchas personas que tienen miedo al compromiso, y se encasillan en un programa solitario que se repite: “yo solo estoy muy bien, y no necesito a nadie”.
Pueden ser muy detallistas, seductores, entregados, conscientes, unos verdaderos amantes, pero carecen de lo mas importante, “el compromiso”.
Que es lo que hay debajo de ese miedo al compromiso? Solo reconociéndolo, e indagando podrás descubrirlo y sanarlo. Pero solo podrás hacerlo cuando llegue tu momento.
Laura Cárcel