PAJ. ,,Es cierto que tenemos sentimientos puntuales y además los sentimientos siempre son condicionados
Aclaro esto:
Sentimientos puntuales, porque dependiendo de cómo estamos energéticamente en determinado momento afloran unos sentimientos que pueden ser muy distintos a los sentimientos que afloran en otro momento donde la energía ha cambiado ( ya que la energía está en constante cambio ) y miramos e interpretamos ante la misma situación , desde otro punto de vista o desde otro matiz.
Sentimientos condicionados por que los sentimientos siempre están condicionados, por la propia historia o interpretación que hacemos ante los hechos, con lo cual el sentir siempre está condicionado a no ser que aprendamos a soltar nuestro discurso.
Ante la misma vivencia o en una relación con una persona, no todos lo que se relacionan con esa persona se van a sentir igual, ya que cada uno vive las experiencias teñidas por su percepción particular que está condicionada por sus creencias, experiencias, y sobre todo están condicionados por las relaciones con papá y mamá, ya que fueron nuestros referentes en los primeros años de vida que es cuando se está gestando nuestra emocionalidad, si en la infancia no se género vínculos sanos, se crean heridas emocionales, que son despertadas sobre todo en las relaciones de pareja, cuando pasa la etapa de enamoramiento comienza la proyección emocional, que es donde proyectamos en el otro nuestras heridas, sombras que están por sanar, y hace falta la toma de consciencia y responsabilidad para darnos cuenta de que todo lo que me molesta del otro es una proyección de mi sombra inconsciente pendiente de sanar, pero claro, la mayoría de las personas deciden irse de la relación, ya que no están preparados para esta toma de conciencia y es más fácil adoptar la postura “yo me amo y merezco algo mejor, no me das suficiente , yo estoy dando más… yo merezco más …”
Cuando decidimos vivir relaciones conscientes, el objetivo principal que le damos a la relación es esta toma de conciencia darnos cuenta de todas esas sombras que estamos proyectando en el otro y que tendemos a juzgarlos, creyéndonos víctimas, pero podemos abrir a una nueva forma de mirar para darnos cuenta de que lo que me molesta en el otro está en mi, y esta pendiente de sanar en mi interior.
Esto lo tengo muy presente desde hace años y no quiero construir relaciones si no es desde ahí.
Es muy importante tener en cuenta esto y recordarlo a cada instante para que la historia personal de cada uno no interfiera en la relación conjunta entre dos personas, claro que esto si o si va a pasar, cuando dos personas se relacionan en realidad se están relacionando con ellos mismos, porque estamos elaborando la propia historia alrededor de los hechos. Pero sin la toma de consciencia caemos en juicios e interpretaciones y ya está el conflicto servido.
Este es simple de entender pero complicado de comprender realmente desde el corazón sintiente.
Cuando decidimos amarnos de verdad, esta decisión se toma en la dimensión fuera del tiempo y el espacio, se toma desde un profundo silencio interior que lo único que desea es amar, comprender, sanar y a este espacio sólo se puede acceder con una profunda voluntad y desde la meditación. Y el efecto es que nos vemos interactuando desde un estado de paz y no hay conflicto interno.
La meditación acalla, la voz del ego, que siempre quiere dar su versión de los hechos para sentirnos víctimas o buscar verdugos, el ego siempre busca un responsable, ahí fuera como culpable de que yo me sienta así. Es muy fácil dar pie al ego ya que llevamos toda la vida dejándonos llevar por el, y solo cuando se hace un profundo proceso de deshacimiento del ego, podemos ver las cosas de otra manera.
Pero esto no es algo intelectual, sino qué para integrarlo tiene que ser algo sentido, de manera que en cuanto empieza nuestro discurso interno a convencernos de que somos víctimas, no darle más mínimo pie ni atención a esa charla mental, la sustituimos por oraciones para hacer una entrega de todas las percepciones erróneas que me hacen sufrir por visiones de luz que me llevan a despertar.
Cuando esto está asentado , ya no dejamos que nuestros juicios interpretaciones entren a valorar la experiencia, sino que más bien al tener una claridad mental y una lucidez clara detectamos enseguida toda la historia que nos contamos y dejamos de alimentarla esto es el mejor regalo que podemos hacernos a nosotros mismos y a los demás, ya que de esta manera no podemos juzgar nada de lo que veo y sentirnos mal por nada de lo que ocurre siempre podemos decidir verlo desde el amor y la inocencia.
En esta relación de Laura con Jose Antonio , Laura se ha dejado llevar en ocasiones por los discursos internos acerca de Jose Antonio, pero en cada meditación ha estado el propósito de soltar esos discursos , de soltar las interpretaciones personales , de soltar y liberar al otro, porque sino te aseguro que hace tiempo ya habría dejado de compartir con Jose Antonio.
Por otro lado todos nos relacionamos mediante unas máscaras que nos ponemos para agradar al otro, estás máscaras evidentemente tarde o temprano se caen, ya que no se pueden sostener por mucho tiempo. Puede que te hayas encontrado con alguien que tiene una máscara de encantador, detallista, atento, entregado, que te ha estado mostrando su mejor versión, era muy difícil no enamorarse de alguien así, caer totalmente en sus encantos, se agradece este periodo porque afloran sentimientos muy bonitos.
Quizá mi personaje muchas veces se pone la máscara de desconfiada, pero en realidad lo importante es el trabajo interno que hago durante todo el tiempo para confiar, abrirme, aceptar y entregarme, para que surja una entrega total.
Aún asi es posible que la otra persona no haya sentido esa entrega, ni creo que nunca lo podrá sentir con nadie porque la historia personal, lo que se cuenta, todas esas interpretaciones que están condicionadas por sus heridas emocionales de la infancia le boicotean y no puede soltarla.
Una relación no puede fluir de manera orgánica y sana si no se hace un proceso profundo de sanación, de toma de responsabilidad para soltar el conflicto interno y sanar las heridas emocionales de la infancia que afloran cuando nos vinculamos en la relación, pues sólo así podemos encontrar la verdadera plenitud.